Dice un castizo refrán
español que “Dios los cría y ellos se juntan”. Que real se hace
este aforismo cuando hablamos de proyectos megalómanos y cuasi mafiosos
como Eurovegas o ese otro, Barcelona World, auspiciado por el
gobierno de Artur Mas y con un aliado, Enrique Bañuelos,
especializado en craks inmobiliarios e ir dejando pufos y trampas
allá por donde pasa, que al calor del primero parece que podría
instalarse en Barcelona.
Y es que esta claro que
donde hay la más mínima posibilidad de medrar, hacer dinero fácil,
especular o directamente llenarse los bolsillos a costa del
contribuyente, siempre hay políticos sin escrúpulos dispuestos a
aliarse con tiburones y buitres empresariales, que acuden al olor de
la sangre fresca. Y de eso tanto Sheldon Adelson como el mencionado
Bañuelos saben un rato largo.
Adelson parece que ya ha
decido que su complejo de juego y ocio, un símil pueblerino y
cazurro de la muy cutre Las Vegas se instalará con el beneplácito
de la presidenta Aguirre, “la mano que mece todas las cunas de la
comunidad de Madrid”, en un terreno de Alcorcón, al sur de la
capital. Curiosamente ese terreno, propiedad de la inmobiliaria
Metrovacesa, sin siquiera haberse firmado la venta de los suelos, ha
visto como sus acciones se disparaban un 40% en Bolsa. No podemos
olvidar quien está detrás de esta inmobiliaria, lo más granado de
la banca de este país: el Santander, Banesto, BBVA, BFA, Banco
Sabadell y Banco Popular.
Sería un gran triunfo
para la “lideresa”, nada como llevarse el gato al agua de Eurovegas para
Madrid, necesitada como esta de un golpe magistral que la aúpe
definitivamente a la cabeza del PP. Sobre Eurovegas ya dijo “que a
ella la intuición no suele fallarle”. Lo que si le ha fallado ha
sido la discreción, pues como es habitual en la locuaz presidenta,
se ha ido de la lengua antes de tiempo, poniendo en peligro una
operación en la que Adelson, un patrón de casinos a la vieja
usanza, de esos que películas como Casino reflejaron magistralmente,
tiene puestas no solo “sus Esperanzas” si no sus millones de
dólares e influencias.
Ahora en esa vieja
lucha de siglos, entre comunidades eternamente agraviadas, sale a escena
otro peripatético personaje. Un tiburón de las finanzas y el
ladrillo venido a menos, un experto en crakcs inmobiliarios, en
pelotazos urbanísticos, en huidas hacia las Américas cuando las
cosas estaban crudas por aquí. Enrique Bañuelos, un personaje
arquetipo, un self made men, un prohombre de empresa que durante años
se enriqueció a costa de la burbuja inmobiliaria. Dueño de la
inmobiliaria Astroc, su desplome en 2007, señala el inicio del
estallido de la burbuja del ladrillo, provocando la caída en cadena
de otras muchas empresas del sector. Tras este fracaso puso océano
de por medio trasladando sus negocios a América, donde fundó otro
imperio inmobiliario en Brasil. Pero ese olfato del que siempre ha
presumido no impidió que volviera a fracasar en el sector una vez
más.
Bañuelos, cual ave fénix
renace de sus cenizas y nuevamente reaparece en escena. Esta vez de
la mano del presidente de Cataluña, Artur Mas, quien lo ha elegido
como socio para hacer la competencia a la presidenta Aguirre y al
magnate Adelson en la construcción de otro macro proyecto de juego
y ocio, el ya conocido como Barcelona World. Un proyecto alternativo
a Eurovegas que se empeñan en disfrazar como turístico y que como
los casinos de Adelson promete 20.000 de puestos de trabajo, 10
millones de visitantes al año y para su finalización en 2016 el
consagrarse como el centro de ocio por excelencia en toda Europa.
No se a que les sonará
todo esto a ustedes, pero a servidora le suena a archiconocido, me
suena y mucho a aquel fallido pufo llamado Gran Scala. Será tal vez
porque en esta Tierra Noble que es Aragón sufrimos, padecimos y
pagamos durante años aquel desaforado y maldito macro proyecto que
es calcadito a estos de Eurovegas y Barcelona World. Nunca estaremos
suficientemente agradecidos a la intervención de los hados, la
crisis y porque no decirlo la impericia, el golferio y la
sinvergonzoneria de los promotores, -una pandilla de facinerosos
empeñados en estafarnos a toda costa- y la de nuestros políticos de
turno PSOE-PAR en aquel momento y hasta ayer mismo PP-PAR, unos
cazurros, que aunque se esforzaron a fondo para conseguir que Gran
Scala se construyera, el proyecto no llegó a buen puerto.
Un clásico
enfrentamiento entre dos formas de hacer negocios y dos formas de
hacer política. A dentelladas se disputan las últimas hectáreas
sin urbanizar que quedan en esta país, con la inestimable ayuda, hay
que decirlo, de Aguirre y Mas, siniestros políticos que dicen
reconocerse como demócratas y de corporaciones bancarias como las
ya citadas o la Caixa en el caso de Cataluña que es propietaria de
los terrenos. Se anuncian cambios de leyes a la carta, islotes de
amnistía fiscal, derogación de derechos y libertades para los
trabajadores, la consagración del juego, el tráfico de personas,
las drogas y la prostitución como los ejes en los que basar un
negocio a todas luces oscuro, execrable y tramposo.
Amagan con instalar
macro casinos en Madrid o en Barcelona disfrazándolos de parques
temáticos y proyectos turisticos famliares cuando en realidad de lo
que se trata es de garitos en lo que viajeros de todo el mundo vengan
a jugarse hasta las pestañas. Antes que estos “ilustres e
ilustrados” visitantes se jueguen al black-jack, el póker o las
maquinas tragaperras hasta el último euro, nuestros políticos se
habrán jugado y perdido el futuro y la hacienda de esta pobre Celtiberia,
situando en ambas comunidades unos proyectos megalómanos,
claramente inasumibles, caros, declaradamente ilegales, trapaceros,
tramposos, mafiosos, medioambientalmente insostenibles y todos los
adjetivos que ustedes quieran ponerles.
Parece difícil, en los
tiempos que corren, que proyectos como Eurovegas y Barcelona World
salgan adelante, pero a la vista de lo que se anuncia, se hace más
necesario que nunca que los ciudadanos, ante la ineptitud y el
choriceo de que hacen gala los políticos que nos gobiernan, capaces
de sucumbir a “la llamada del becerro del oro”, tomen de una vez
por todas las riendas y el destino de este maltrecho país.