miércoles, 8 de febrero de 2012
PINTARÉ LAS CALLES CON TIZAS DE COLORES
Lo tengo decidido, este sábado saldré a la calle con mi caja de tizas de colores. Recorreré la calle Alfonso emocionada como si fuera una niña y cuando llegue a la Plaza del Pilar la abriré para que de ella broten un sinfín de ilusiones en forma de dibujos. Me mancharé las manos tirada en el suelo, soñaré otra vez que soy aquella niña tímida y un poco triste que dibujaba juegos y animales en el suelo con un pedazo de tiza.
Volveré a pintar una rayuela con muchos cuadros y los llenaré de números y dibujos como cuando tenía 6 años. Buscaré amigos de todas las edades para jugar y si nos cansamos de saltar nos tiraremos al suelo para dibujar animales, flores, paisajes o lo que nos apetezca.
Llenaré la plaza de fantasía, la animaré con mil flores, la transformaré en un jardín de animales exóticos y bestias imaginarias. Dibujaré barcos piratas, caballos, elefantes y muchos soles. Traeré la primavera a esta desolada y ventolera plaza.
No estaré sola, muchos amigos vendrá a pintar conmigo. Queremos que el señor Alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, se entere de que la plaza es nuestra, no suya.
Denunciaremos la estupidez y la incongruencia de esas multas de 1500€ que como nieve sucia les han caído a nuestros amigos del 15M. Tuvieron el atrevimiento de pintar con tizas de colores la calle Alfonso la primavera pasada. O la que ha recibido el colectivo Pedalea, que reclamó la terminación del carril bici de calle Coso pintando en el suelo las señales y poniendo maceteros. Este otoño a su requerimiento y el de otros muchos colectivos, se terminó esa pequeña parte que faltaba, pero el afán recaudador del Ayuntamiento los ha premiado con una multa, otros 1500€.
La plaza es nuestra, es el corazón de la ciudad, es el salón de nuestra casa. Es la sala de estar de todos los zaragozanos. Siempre ha sido así, mal que le pese al señor Belloch que aun no ha olvidado que antes fue juez. Si el señor alcalde se permite prestarla a la Iglesia para sus procesiones y al ejercito para sus desfiles, y sin pedirnos permiso, ¿que mal puede haber en que juguemos el sábado, a las 12,00 h., con nuestros amigos y con nuestros hijos a pintar un jardín en ella?
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