sábado, 3 de marzo de 2012

SOLO UNIDOS EN UN FRENTE COMÚN PODREMOS CON ELLOS



Si hasta ahora no estabas acojonado por la situación que atraviesa este vapuleado país, va siendo momento de que te encomiendes a tus santos, dioses, seres beatíficos o cualquier otro remedio que apacigüe tus miedos.
Que hasta ahora no te ha golpeado gravemente la crisis, ya lo hará. Que hasta ahora tu puesto de trabajo no peligra, ya peligrará, no te quepa la menor duda. Para empaparte del ambiente de pesimismo que se vive en este país solo tienes que salir a la calle, mezclarte con tus compañeros, tus vecinos, con tus amigos o familiares. No hay familia a tu alrededor en la que la puta crisis no haya hecho mella.

Mariano Rajoy y su corte de ministros tecnócratas salidos de las filas de Lehman Brothers y otras compañias de "probada honestidad y eficiencia", han caído sobre el país, arrasándolo como si de "los siete jinetes de la Apocalipsis" se tratara. Claro que antes otros, le habían dejado el camino preparado. Nunca se había visto a un gobierno socialista tan imbuido del espíritu neoliberal como el de Rodriguez Zapatero, ni unos sindicatos mayoritarios tan  ajenos a la realidad, incapaces de defender a los trabajadores. Tras sus recetas anticrisis solo quedará tierra quemada, EREs a tutiplén, empresas cerradas, sueldos de miseria, despidos a la carta, millones de parados engordando las listas del paro, una Sanidad, la mejor de Europa, vendida al mejor postor y una educación pública, que pese al enorme esfuerzo que hacen maestros y profesores naufraga por falta de inversión, mejoras y por la determinación de este gobierno de que hay que desmontar el sistema público.
Caminamos inesorablemente hacia la intervención del estado. En vez de aspirar a ser otra Islandia, cada vez nos parecemos más a Grecia. Nuestro gobierno se empeña en demostrara a la troika que aún se puede estrangular más a los trabajadores españoles. La solución que propone Rajoy para salir de la crisis pasa por dejarnos exangües y sin fuerzas para rebelarnos. No es suficiente con la reforma laboral salvaje e inhumana que acaba de aprobarse, nunca lo será  para estos buitres desalmados que han sustituido en el imaginario al hombre del saco. Ah... esa patronal que se relame ante la prespectiva de tener esclavos antes que trabajadores

A los ciudadanos solo nos queda la dignidad y poco más. Un sentimiento que mueve montañas y que ya en el pasado fue capaz de unir pueblos y defenestrar gobiernos. Es el clamor que empieza a surgir en las calles, en el tajo, en la fila del paro o en la parada del mercado. Frente a la derecha más rancia, contra su intento de volver a tiempos pasados, contra el recorte derechos y libertades, contra el intento de los poderes religiosos de tutelar otra vez nuestra vida, solo cabe la unidad. Cuando nos lo hayan quitado todo, solo nos quedará nuestro inalienable derecho a defendernos. Únicamente si somos capaces de hacerlo todos juntos, de oponer un frente común a esta marea negra y pegajosa que nos invade, podremos plantarles cara.



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