En un genial a la par que
ácido artículo, mi admirada Maruja Torres, desvelaba el otro día
desde las páginas de El País, el que para ella es el destino hacia
el que como nación nos encaminamos. Hablaba de dos nuevos términos,
dos neologismos que explican a las mil maravillas en que se esta
convirtiendo este baqueteado mundo por mor de la remodelación que
los poderosos emprendieron hace ya unos años y que nos llevará
irremediablemente a la asiatización, a una
tercermundialización no solo de España sino de todo el
continente europeo.
Un remodelación que en
este país es llevada a cabo como si de una limpieza étnica se
tratara por Mariano Rajoy y sus huestes. Tiene razón Maruja Torres,
somos muchos lo que también reconocemos al Presidente del PP y de
este país como “el gran liquidador” y a ese equipo del
que se rodea como la némesis, como
la brigada encargada del trabajo sucísimo y repugnante de
liquidar nuestro estado, nuestra democracia y nuestros derechos.
Un guión que se cumple
tanto aquí como en el resto de Europa escrupulosamente, tal como si
de una operación quirúrgica se tratara y que tiene como objetivo el
desmontaje de un sistema, el del bienestar, y una forma de hacer y
entender la política, dentro de unos márgenes democráticos que a
juicio de esos fantasmagóricos jinetes de la apocalípsis no tienen
otro destino que el arrasamiento y derribo de Europa tal y
como la conocemos.
Un trabajo que debe
hacerse eso sí de forma limpia, rápida y lo más asépticamente
posible. No valen sentimientos ni empatía en aquellos que deben
empuñar el bisturí. Se necesitan hombres y mujeres templados, que
hayan probado su pulso firme despidiendo a miles de trabajadores,
llevando el timón de empresas dedicadas a la fabricación de armas o
reconocidos expertos en la quiebra y liquidación de bancos y
compañías otrora punteras en los índices bursátiles.
Esta asiatización de
Europa es el sueño dorado de esos seres sin rostro empeñados en
convertirnos en esclavos. La adecuada consecuencia al improbó
trabajo de esos mercados sin entrañas que no buscan más que el
enriquecimiento rápido sin importarles las consecuencias que de sus
acciones se deriven. Es el orden natural de las cosas, la situación
lógica para esa caterva de políticos palanganeros dispuestos a todo
con tal de mantenerse en su puesto. Los mismos que elegidos por el
pueblo soberano, no defienden los derechos de sus conciudadanos sino
que trabajan al dictado de ordenes emanadas de dirigentes fulleros y
cuasi mafiosos de allende de nuestras fronteras.
Ya lo decía Maruja en su
artículo: “De improvisación nada de nada. Todo esta muy
controlado” No debemos
llevarnos a engaño, que como ya nos
dejó dicho aquel nefasto y sangriento dictador que durante 40 años
nos jodió la vida, “todo esta atado y bien atado”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario