Habreis de reconocerme que las Fiestas del Pilar se han convertido en un bucle anual al mas puro estilo del Dia de la Marmota. Como buen zaragozano, he sido de los que antes de los 20 años disfrutaba a tope de las fiestas, pues eran los primeros momentos de permisividad en cuanto a horarios y comportamientos etílicos, pero pasada esa barrera, crucé al lado de los que huían despavoridos al Pirineo o a cualquier otro lado durante las fiestas, ya que el tedio y las aglomeraciones se adueñaban de una urbe ya de por si masificada en cuanto a términos de fiestorro.
Tras unos añicos viviendo fuera, creo que me invadió una especie de sindrome de estocolmo mezclado con morriña, que me hizo pensar que la cosa había cambiado y que no iba a volver a encontrarme con los estereotipos que me hicieron aborrecer los Pilares. Puede que los dos primeros años, la oferta musical de las recien estrenadas carpas de Valdespartera e Interpeñas sostuvieran este idilio imposible, pero el Ayuntamiento rompió la magia del amor y al tercer año las fiestas me parecieron infumables. Es que no nos cansamos de lo mismo año tras año? No se puede hacer algo mejor que esto? Cómo pretenden desde el área de turismo atraer gente de fuera a las fiestas si repetimos incansablemente la misma programación?
Te propongo un reto: toma un programa viejo de actividades de los Pilares y comparalo con el de este año. Coinciden eh? Repasemos: cabezudos, teatro en la calle y jotas en la Plaza del Pilar? Si. Conciertos cutres de artistas de segunda linea? Si. Ferias de artesanía que año tras año trean exactamente los mismos contenidos? Si. Oktober Fest cada año mas cara? Si. Una programación en el Teatro Principal de la que se podría deducir que la media de edad en Zaragoza es de 90 años (y muy cañi)? Si. Conciertos aun mas cutres de artistas que, o bien viven de rentas, o bien llevan años sin publicar nada? Por supuesto.
Y podría seguir así hasta que me dolieran los dedos de darle a las teclas. Menos mal que los últimos años la participación ciudadana ha decidido organizar sus propias fiestas alejadas de la tónica oficial. Desde asociaciones de barrios, centros sociales ocupados y peñas se ha logrado contraprogramar una oferta que por lo menos aporta algo de frescura. Como cada año hay que felicitar al Barrio de la Madalena porque han conseguido instaurar unos Pilares propios, Disidentes y paralelos a los oficiales que son un pequeño oasis en medio de tanta mediocridad. De igual manera la gente del Kike Mur, o de Arrebato han dinamizado culturalmente un año que con los cambios en la DGA se veia que iba a ser duro.
Sigamos por ese camino y pasemos ( y hagamos que la gente pase ) de la oferta oficial. Las fiestas son algo del pueblo para el pueblo, no del ayuntamiento para sus votantes. Todos sabemos que la base de cualquier celebración de este tipo es
emborracharse como un piojo y, si sobra tiempo, acudir a alguna
actividad, pero de ahí a vaciar de contenidos las fiestas hay un abismo. Estoy seguro que no solo desde los barrios centricos se pueden hacer cosas para las fiestas. Cualquier barrio debería poder planear actividades y así conseguir que no solo el centro de la ciudad se lucre de algo que debería beneficiar a todos, porque recuerdo que las Fiestas del Pilar las pagamos entre todos.
Mas cultura, mas programación infantil, mas tradición (pero menos cutre, que los Pilares huelen a rancio), y mas actividades en las que se pueda participar y no solo ser espectador harían, desde mi punto de vista, de estas fiestas algo mas que una excusa para hacer un megabotellón a las puertas de las carpas, que a fin de cuentas, en eso se han convertido para los chavales.
Incordio ergo Sum
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