Con los calores estivales, bueno es levantar la mirada agostada a las cimas de fresco viento. Y puestos a ello, también reflexionar un poco.
Alguién dijo que el presente es una isla entre los mares del pasado y del futuro. Y en el caso de nuestras montañas, ese simil es perfecto, pues se está en un momento clave para dibujar ese mar del futuro.
Os dejo la reflexión ya hecha sobre ello, por si os apetece releerla...
http://www.aragon2.com/opinion-149-problema_llamado_Aramon
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