martes, 8 de noviembre de 2011

PAYASOS VERSUS TRILEROS


Henry Miller definía a los payasos como poetas en acción. Estoy de acuerdo. Y no solo porque es una salida elegante para quienes nos creemos poetas y solo damos risa.
Sino porque la interpretación histriónica de los acontecimientos saca de quicio a las gentes de regia moral. Las verdades más inalterables se tambalean bajo el prisma del sarcasmo.
El payaso se burla de su propia naturaleza y bucea en la de los demas. Desmantela dogmas para encontrar la verdad. Por eso payasos e hipócritas no hacen buenas migas. Los trileros del planeta, Sus Maléficas Majestades Financieras y séquito, son esos hipócritas.

Gente de apariencia respetable que trata de que sea el pueblo llano el que pague sus escaramuzas criminales. Todo un entramado de personas de orden. Organizaciones empresariales que succionan con fruición la ubre de las subvenciones mientras solicitan que la clase trabajadora acepte vivir en la Edad Media. Líderes políticos que se venden al maligno por mantener la poltrona y no dudan para ello en prostituir la democracia. Banqueros delincuentes que permanecen impunes y rampantes.
Proxenetas y vampiros todos, a los que podemos exorcizar bajándoles los pantalones. El humor nos hace más valientes. Nos permite lanzar una mirada crítica sobre los acontecimientos. Recuperar la dignidad de ser humano.
Por todo ello: propongo que los payasos vocacionales nos alistemos en la quinta columna de la resistencia contra estos impostores. La risa nos hace libres.
Será por eso que los tramposos temen tanto a los payasos.

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