jueves, 15 de diciembre de 2011

LA PARASITOCRACIA INDIGNADA


Aviso para los piojosos anti-sistema del 15.M: La aristocracia también está indignada. A su manera y por sus cosas, claro, que no conviene mezclar churras con merinas. El mosqueo de los nobles tiene razones que la plebe no comprende. Por ejemplo, esa melancolía que siente el conde de Salvatierra por la vida en el medievo. Es lógico. Én esa época todo estaba más claro. Los señores tenían todos los derechos y el populacho ninguno. Y si alguien se atrevía a cuestionar este orden jerárquico se le acusaba de hereje o subversivo y santas pascuas. Asunto (y agitador) liquidado.
Por eso mismo anda el hombre cabreado. Estos tiempos modernos con sus leyes "moñas" sobre derechos humanos no le permiten desarrollarse plenamente como el señor feudal que campa por sus nobles tripas. No se siente satisfecho con una vida regalada por el dudoso mérito de pertenecer a una estirpe linajuda. Añora los privilegios perdidos. Como poder decidir sobre la vida o la muerte de un vasallo o el derecho de pernada.
Igual de amoscado está Urdangarín. El morganático duque se queja de sufrir el calvario de la prensa canalla y la justicia destapando sus poco ejemplares trapicheos y husmeando en sus asesorías. Es verdad que podía haberse conformado con chupar plácidamente la ubre pública gracias a su real braguetazo. Pero Iñaki, al contrario que los jóvenes andaluces de los que despotrica el jinete de Alba, sí quería progresar. A costa de los dineros de los españoles y escondiendo el botín en un paraíso fiscal, es verdad. Aunque eso no hubiera tenido ninguna importancia en la corte de Ramiro I.. Entonces sí que se trataba a los Grandes como dios manda, no como ahora.
Los nobles sueñan con el glorioso pasado en el que las élites eran inexpugnables a las leyes y al escrutinio de la gente.Pero si yo fuera ellos procuraría no andar evocando épocas pasadas. No vaya a ser que al pueblo llano, con nuestra natural burricie, nos de por acordarnos de algún otro momento memorable de la historia como la Revolución Francesa. Y la liemos parda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario